He vivido muchas cosas. 29 años de aventuras
inolvidables, de amores locos, de pasiones desatadas, de labrarme un porvenir, de estudios, de llorar, de amar, de gritar, de odiar, de desesperar... 29 años
divididos en diferentes etapas siendo niña, adolescente, mujer y persona.
Me han pasado
muchas cosas, no sólo los cambios que se pueden apreciar de forma más acentuada
estos días (quizás porque algunos de ellos te toquen a ti directamente, tú que
lees estas líneas), sino hablo de cambios a niveles más profundos. Cambios a niveles emocionales que hacen florecer en mí cosas maravillosas.
Y necesito transmitirlo. Lo que aprendo, lo que vivo, lo
que siento. A veces lo muestro al mundo cambiando el color de mis ornamentos
hogareños o en mi vestimenta, otras veces cambiando de locales, de amigos, de
trabajo, de coche... A veces por obligación (como en el caso último del coche),
otras por placer, otras casi de forma natural e imperceptible y otras de forma
radical y visceral. Mi foro interno me pide el cambio porque por algún motivo se
siente que ya ha agotado una etapa y necesita seguir fluyendo, no estancarse e ir hacia adelante.
Y la forma que más me
gusta de transmitir todo esto, (después de la de compartir mates, infusiones o tés con esas almas eruditas que me tele trasportan a
una realidad mágica); es escribir. Para mí escribir es algo que me conecta conmigo
misma, con mi esencia y con mi yo aquí y ahora.
Escribir es soltar... Soltar sentimientos ocultos que me desbordan y que me
impiden seguir adelante.
En los últimos meses han habido mucho cambios a lo
largo de mi día a día. Todos, en el fondo, para bien; para mi único beneficio
que es estar BIEN. Eso sí, esta última semana ha sido de las más intensas y
decisivas para poner punto y final a historias que aunque no me daba cuenta (o
más bien, no quería reconocer) no me dejaban seguir avanzando y para cercionarme de que he estado a punto de cometer los mismos errores de nuevo.
Así que, tras detectarlo, me armé de valor y cómo pude, cómo supe, dije
ADIÓS. Y ese adiós, ese ya no te quiero en mi vida es una oda a mis ganas de
vivir, de seguir adelante con mi camino sin ataduras emocionales, sin lastres
que no me dejan avanzar.
No creáis que sea fácil alejar gente que quieres de tu
lado. No. Es difícil decir adiós a parte de tu vida que aunque no ha sido la
mejor, sí la has sentido muy profunda. Y la mejor manera de hacerlo es no
dejarte llevar por el corazón y poner mano izquierda (mal te pese) en el
asunto.
Y alejarte...
Alejarte sabiendo que no vas a volver...
Alejarte a hurtadillas, casi
volando para que el trance sea lo menos doloroso posible. Y tras de ti, cerrar
la puerta. Eso sí, sin regocijarme en el dolor. Sólo dándole el espacio que se
merece, unos días de pena para después seguir mirando hacia adelante. Sin
necesidad de guardar en la memoria un falso recuerdo de odio hacia esas
personas o situaciones vividas. No hay necesidad. No hay odio. Sólo un amor que
ya no está.
Los que me conocéis sabéis que es así, que soy así:
sincera y transparente. Lo que veis es lo q hay. No hay más. Qué bonito es
poder decir esto... No guardo ases en la manga... Mal me pese, no es así.
Aunque me gustaría confesaros que la cosa más difícil
que he hecho últimamente es creer en mí. Quererme, aceptarme y darme a mí misma
el sitio que me corresponde. ¿Os lo creéis? Pues así es.
29 años huyendo de mí. ¿Ya tocaba, no?
Pues si me notáis extraña y distante; tan sólo deciros
que ésto es lo que hago y para ésto hago todo lo demás... Me centro en mí y en
encontrar mi equilibrio personal... Y funciona. De verdad... Me siento bien, me
siento yo, en mi sitio y en mi momento.
¡Éste es mi momento!
Así que agradezco mucho si os preocupáis por mí, o si
no lo hacéis. Estoy llevando a cabo una ardua labor, me está costando, pero para
mí es importante centrarme en mí ahora para poder tener relaciones de calidad
en el futuro. Para ser mejor, pero sobretodo, para ser más YO que nunca. Pese a
quién pese, sé que los de "verdad" vais a estar ahí siempre. Vais a
respetar este momento y vais a darme el espacio que necesito y vais a apoyarme
mucho, enviándome todo vuestro amor y vuestros mejores deseos. Los necesito.
Así que gracias.
Sólo requiere tiempo y pasito a pasito voy a ser una buena capitana de mi alma; para hacer que
este barquito pueda navegar con los mejores grumetes. Seré una buena dueña de mi destino. Seré yo y con eso me basta.
Espero que si lees
esto seas un futuro grumete porque si me lees es que te importo y si te importo, es que me importas. El amor es lo que tiene, aunque no te lo parezca, es un sentimiento recíproco (abre tu mente, verás que tiene mucho sentido). Gracias por estar ahí siempre.
Un beso...
P.D. Este texto no pretende justificar mis acciones. Este texto es para que si te sientes reflejado en algo de lo que explico, sepas que hay un sitio para ti. Que tú también puedes trabajarte y encontrar quién eres de verdad para fluir y ser tú. Auténticamente tú, sin pensar en los demás. Sólo tú. Y si no sabes por dónde empezar no lo dudes: empieza por ti. Yo puedo estar aquí y brindarte mi mano para enseñarte la brizna de luz que brilla vagamente al fondo del camino. El resto del trabajo depende sólo de ti. Te lo mereces. Adelante sin miedo. Este también es tu momento.